Photo: Reduciendo el Césped, Jim Creevy
Margaret Fisher and Eileen Ellsworth
Si creciste en los suburbios, un césped prístino era una bienvenida muestra de la primavera. Todo el mundo disfruta del olor del césped recién cortado y de un césped bien cuidado. Entonces, tal vez se pregunte, ¿cuál es el problema del césped? Después de todo, es una planta verde y viva, que fotosintetiza activamente dióxido de carbono y agua para convertirlos en oxígeno y glucosa, además de proporcionar una superficie uniforme para caminar y jugar. Pero no todo es lo que parece.
Nadie nos ha enseñado más en los últimos años sobre el impacto negativo de la biodiversidad estéril de los paisajes suburbanos y urbanos que el Dr. Douglas Tallamy, ecólogo, conservacionista y profesor de Entomología en la Universidad de Delaware. Experimentando durante décadas en su propia casa de diez acres en Oxford, Pensilvania, eliminó el césped y plantó flores, arbustos y árboles nativos, lo cual aumentó significativamente los tipos y cantidad de orugas, pájaros, ranas y otros animales que vivían allí. A partir de esta experiencia, formó y compartió su nuevo conocimiento de cómo el césped, una característica básica de los suburbios estadounidenses, disminuye la biodiversidad.
Los pastos que utilizamos para el césped, incluso variedades con nombres como “Kentucky Bluegrass”, no son nativos de Estados Unidos. El césped tiene una larga historia en Europa que se remonta a la Edad Media. Hasta el día de hoy, las especies de césped plantadas en los EE. UU. son nativas de Europa y, como todas las especies de plantas no nativas, no hacen prácticamente nada para sustentar nuestra vida silvestre local.
El césped ahora cubre aproximadamente 40 millones de acres en Estados Unidos, actuando como el maíz y otros monocultivos cultivados que han reemplazado los hábitats más diversos que sustentaban mucha más vida silvestre local. Y lo peor es que lo mantenemos vivo utilizando combustibles fósiles para las cortadoras de césped y sopladores de hojas y añadiendo sustancias químicas tóxicas que afectan negativamente tanto plantas como animales. Por atractivo que sea, el césped empobrece el medio ambiente. Además, absorbe mucha menos escorrentía de lo que cabría pensar. La lluvia lo baña pero no penetra a una profundidad significativa. Por lo tanto, contribuye a un volumen anormal de escorrentía de aguas pluviales que contamina y erosiona nuestros arroyos y ríos y, en última instancia, contamina la Bahía de Chesapeake.
Convirtiendo algunos de los 40 millones de acres de césped en hábitats más naturales beneficiaríamos al medio ambiente y al mismo tiempo apoyaríamos a una gran cantidad de polinizadores y otros animales silvestres. El Dr. Tallamy es optimista y cree que si reducimos su superficie a la mitad esencialmente restableceremos la biodiversidad de nuestro país.
Recientemente, una estrategia para reducir el césped, o al menos hacerlo más habitable para los insectos locales, ha despertado mucho interés: No cortar el Césped en Mayo (No Mow May - en inglés). El movimiento comenzó en 2019 como una creación de Plantlife, una organización benéfica conservacionista del Reino Unido. La idea era de abstenerse de cortar el césped durante todo el mes de mayo para promover el crecimiento de las plantas que también están en el y así inducir a más polinizadores y otros animales silvestres a disfrutar de ellas. A medida que la idea se extendió a Estados Unidos y ganó popularidad, investigadores de la Universidad de Lawrence llevaron a cabo un estudio que respaldaba la teoría de Plantlife que más especies de abejas visitaban los céspedes sin cortar en comparación con las tierras públicas cercanas que estaban siendo cortadas durante todo el mes. El estudio ganó atención nacional y resultó en la adopción de No cortar el Césped en Mayo en todo Estados Unidos en varias jurisdicciones.
Sin embargo, la mayoría de las especies en nuestro césped no son nativas y, por tanto, brindan un beneficio mínimo más allá del néctar. El estudio de la Universidad Lawrence fue posteriormente retractado debido a "varias inconsistencias potenciales en el manejo y presentación de datos". Además, algunos críticos de No cortar el Césped en Mayo, inclusive el Dr. Tallamy, expresaron su preocupación de que al proporcionar un refugio tan temporal podría en realidad ser perjudicial. Por el momento, no está claro si la estrategia No cortar el Césped en Mayo por sí sola le proporciona algún beneficio a la biodiversidad.
Lo que sí está claro es que es eficaz el establecer un santuario permanente de especies nativas para polinizadores, especialmente reemplazando el césped existente. Ya que tal esfuerzo beneficiará a muchos polinizadores y orugas durante toda la temporada de crecimiento y, al mismo tiempo, reducirá la cantidad de césped en nuestros entornos suburbanos y urbanos. Muy beneficioso para todos.
La tarea de establecer un ambiente que beneficie la biodiversidad parece desafiante, sin embargo los pequeños esfuerzos de muchas personas suman. Si reducimos el tamaño del césped convirtiendo incluso una pequeña porción de césped existente en santuarios de plantas nativas, estamos mejorando la red alimentaria y la biodiversidad de nuestro jardín, ¡y eso no es un asunto menor!